En marzo de 2022, la OMSA, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el PNUMA, consolidó su compromiso de promover los principios de “Una sola salud” estableciendo la Colaboración Cuatripartita sobre Una Sola Salud. Esta colaboración pretende abordar las intrincadas interconexiones entre la sanidad animal, la salud humana y el medio ambiente, aprovechando los conocimientos conjuntos para hacer frente a las enfermedades emergentes, las infecciones zoonóticas, las enfermedades transmitidas por los alimentos y los retos medioambientales. 

Durante la Segunda Reunión Anual Ejecutiva Cuatripartita, celebrada en la Oficina de las Naciones Unidas en Nairobi del 29 de febrero al 6 de marzo de 2024, la OMSA asumió formalmente su papel de próxima presidencia de la Secretaría Cuatripartita, reforzando su dedicación a la lucha contra las enfermedades zoonóticas de los animales, como la rabia o las enfermedades transmitidas por vectores, a través de un enfoque holístico. 

Estamos preparados para seguir adelante con nuestras prioridades estratégicas, centradas en la aplicación del Plan de Acción Conjunto “Una sola salud”, la movilización de recursos, la capacitación, la participación en foros políticos y en la gobernanza de Una Sola Salud, y la adopción de medidas contra importantes enfermedades zoonóticas desatendidas.

Dra. Monique Eloit, Directora General de la Organización Mundial de Sanidad Animal.

En la vanguardia del liderazgo de la OMSA se encuentra nuestro firme compromiso con la lucha contra la rabia, una enfermedad prevenible pero mortal que sigue afectando a comunidades vulnerables en todo el mundo. En general, a través de las prioridades estratégicas esbozadas para el mandato, la Organización aspira a impulsar iniciativas de impacto que tengan resonancia a escala nacional, regional y mundial: 

  1. Aplicación del Plan de Acción Conjunto “Una sola salud»  a escala nacional

    A través de la movilización de recursos, los mecanismos de coordinación regional, la integración de las herramientas operativas existentes y las actividades de comunicación y promoción, la OMSA dará prioridad al despliegue del Plan de Acción Conjunto  “Una sola salud” en los países seleccionados, haciendo hincapié en el papel fundamental del sector de la sanidad animal en la protección de la salud de todos.
  2. Marco de seguimiento y evaluación del Plan de Acción Conjunto

    El cuatripartito elaborará un marco de seguimiento y evaluación con objetivos e indicadores pertinentes para facilitar la presentación de informes sobre los avances del Plan de Acción Conjunto, así como su promoción general durante sus cinco años iniciales.
  3. Desarrollo de un grupo de trabajo de coordinación del aprendizaje sobre “Una sola salud”

    Centrándose en el fortalecimiento de la capacidad de colaboración de “Una sola salud” , OMSA defenderá la creación de un grupo de trabajo de coordinación del aprendizaje de “Una sola salud”. Proporcionando acceso a los recursos y fomentando el aprendizaje permanente para el personal de “Una sola salud”, OMSA pretende crear capacidad e impulsar la innovación en los esfuerzos de “Una sola salud.”
  4. “Una sola salud” en la agenda política mundial

    La OMSA y sus socios cuatripartitos se esforzarán por garantizar que los principios de “Una sola salud” se integren en los debates y acuerdos políticos mundiales. Esto incluye la defensa de la inclusión de ”Una sola salud” en las negociaciones de los acuerdos sobre pandemias, la coordinación con las principales partes interesadas y la organización de sesiones informativas para los países sobre cuestiones relacionadas con ”Una sola salud”. Además, el cuatripartito participará activamente en foros políticos como el G20 y el G7 para sensibilizar y movilizar apoyos en favor de mecanismos integrales de gobernanza de “Una sola salud”, fomentando la colaboración intersectorial para abordar con eficacia futuras emergencias sanitarias. 
  5. Una acción sanitaria contra las enfermedades zoonóticas: la rabia como modelo

    La OMSA promoverá los esfuerzos para controlar y eliminar las zoonosis endémicas, las enfermedades tropicales desatendidas y las enfermedades transmitidas por vectores, centrándose especialmente en poner fin a las muertes humanas por rabia transmitida por perros. Aprovechando el plan estratégico «Cero para el 30 » desarrollado por la FAO, la OMS y la OMSA, las actividades de la APP de la OA sobre la rabia pondrán en práctica el enfoque ”Una sola salud” en los países con mayor carga de rabia. Esto incluye promover el desarrollo de planes nacionales de control teniendo en cuenta la vigilancia de la fauna silvestre, facilitar el acceso al banco de vacunas de la OMSA para la vacunación de perros (tanto perros pastores en contacto con la fauna silvestre como perros vagabundos) y fomentar la comunicación entre las partes interesadas y las comunidades. 

Al asumir la presidencia de la Secretaría Cuatripartita, la OMSA reafirma su compromiso de promover los principios de ”Una sola salud” y su aplicación operativa para garantizar un futuro más seguro y saludable para todos. 

La Organización Mundial de Sanidad Animal se enorgullece de anunciar el lanzamiento del primer estudio temático del Observatorio, centrado en la norma internacional de zonificación. 

El estudio temático es el último producto del Observatorio de la OMSA, un programa de seguimiento de la implementación de sus normas internacionales. Para obtener los datos necesarios para la evaluación, se envió un cuestionario a los Miembros para evaluar el uso de la zonificación para la influenza aviar, la peste porcina africana (PPA) y la fiebre aftosa (FA). Los resultados se han reunido en un estudio exhaustivo que destaca especialmente el uso, los principales desafíos, los inconvenientes y las repercusiones positivas de su aplicación, para terminar con un conjunto de buenas prácticas tanto para la organización como para sus Miembros. El concepto de zonificación fue utilizado por el 70%, el 55% y el 50% de los Miembros que respondieron y que se vieron afectados por la influenza aviar altamente patógena, la peste porcina africana y la fiebre aftosa, respectivamente.

Entre los Miembros que utilizaban la zonificación,

27%

informó de la integración parcial o nula de las normas de la OMSA sobre zonificación en su marco normativo nacional.

34%

en sus prácticas. 

El tema subyacente del documento es la necesidad de que los Miembros dispongan de todos los requisitos previos (como sistemas de vigilancia, identificación y trazabilidad) y de la capacidad y los recursos necesarios para aplicar y mantener eficazmente la zonificación a largo plazo, antes de adoptar el enfoque de la zonificación. La implementación de la norma también debe considerarse caso por caso, adaptándose al contexto y las características propias de cada Miembro. 


Las normas internacionales de la OMSA proporcionan una base sólida para mejorar la sanidad y el bienestar animal mundial, la salud pública veterinaria y la facilitación del comercio internacional y regional si se incorporan sistemáticamente a los marcos nacionales y legislativos. La zonificación y la compartimentación son dos conceptos clave diseñados específicamente para ayudar a los Miembros a prevenir y controlar la propagación de una enfermedad, al tiempo que contribuyen a la seguridad del comercio de animales y mercancías relacionadas. Sin embargo, los Miembros pueden enfrentarse a retos cuando intentan implementar las normas de zonificación y compartimentación. En ocasiones, su capacidad para cumplirlas y adherirse a ellas también puede ser limitada, como demuestra el trabajo previo de la organización. 

El establecimiento de normas es la misión central de la OMSA. Sin embargo, la Organización también examina cómo utilizan las normas sus miembros. Con este objetivo en mente se creó el Observatorio, un programa basado en datos, que supervisa la implementación de las normas internacionales de la OMSA y tiene un doble objetivo. En primer lugar, pretende ayudar a la organización a prestar un mejor apoyo a sus Miembros, identificando dónde podrían ajustarse los servicios y procesos propuestos por ella para responder mejor a las necesidades de los Miembros. Y lo que no es menos importante, el programa también pretende garantizar que las normas sean pertinentes, adecuadas a su finalidad y bien comprendidas, señalando los obstáculos a su implementación y desarrollando actividades de capacitación a medida. 

Durante todo un siglo, la OMSA ha estado a la vanguardia del control de las enfermedades animales infecciosas utilizando la innovación como fuerza motriz. Los datos confiables ayudan a las autoridades nacionales y a la comunidad internacional a tomar decisiones basadas en pruebas para mejorar la seguridad sanitaria mundial y reforzar los sistemas de salud.  En 2022, la OMSA emprendió un viaje trascendental con la innovación aportada por el Observatorio y ahora encabeza el esfuerzo para que los datos relacionados con la sanidad animal sean accesibles para todos.  

La sección del estudio temático dedicada a la compartimentación seguirá en 2024-2025. Actualmente se están analizando más a fondo los datos recogidos sobre la zonificación para explorar los factores que pueden influir en la aceptación de las zonas por parte de los socios comerciales. Los resultados se darán a conocer en 2024. 

Para más información, puede consultar el estudio temático sobre Uso, dificultades e impacto de la zonificación y la compartimentación y una breve hoja de referencia, que ofrece una representación visual de los resultados. 

Creada en 1924, la OMSA se fundó cuando 28 naciones se unieron para combatir la peste bovina, una de las enfermedades animales más letales de su época. Esta iniciativa, que respondía a los retos planteados por el aumento del comercio internacional de animales y de sus productos, sentó las bases del liderazgo de la Organización en el campo de la sanidad y el bienestar animal internacionales. En 2011, la peste bovina se convirtió en la primera enfermedad animal que se declaró erradicada a nivel mundial. En la actualidad, los 28 países signatarios del Acuerdo Internacional de 1924 se han convertido en 183 Miembros. En mayo de 2023, la Organización, antes conocida como OIE (Oficina Internacional de Epizootias), se sometió a un exhaustivo ejercicio de cambio de imagen corporativa y alineó su acrónimo con su nombre común, Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).

El rigor científico y la transparencia han sido los principios rectores desde nuestros inicios hasta la fecha. En el último siglo, el mundo ha sido testigo de cambios dramáticos, desde la propagación de enfermedades transmisibles hasta los desastres relacionados con el clima y el aumento de las desigualdades. Los retos emergentes de hoy han transformado la noción de sanidad y bienestar de los animales y han exigido una evolución constante de nuestro mandato, de nuestras colaboraciones, de la gobernanza sanitaria e introducido nuevas ámbitos de acción, como el tratamiento de la sanidad animal en situaciones de emergencia.

Impulsado por la pandemia de la COVID-19, el enfoque «Una sola salud» ha cobrado un fuerte auge que condujo a la formación de la asociación Cuatripartita con la FAO, el PNUMA y la OMS, y que busca garantizar una mayor integración de la salud humana, la sanidad animal y la salud medioambiental. Mediante el seguimiento y la difusión de conocimientos sobre las enfermedades animales, nos hemos esforzado por limitar sus efectos adversos en la sociedad. Durante todo un siglo, hemos estado a la vanguardia en la lucha contra las enfermedades infecciosas de los animales utilizando la innovación como fuerza motriz.

La solidaridad y la colaboración cercana con nuestros Miembros han sido la clave de nuestro éxito. Estos estrechos vínculos han sido fundamentales a la hora de obtener información precisa y oportuna, y crear herramientas que ayuden a controlar los brotes de enfermedades y a resolver otros problemas relacionados con la sanidad animal. Con el tiempo, hemos ido incorporando la sanidad animal al debate general sobre la salud de todos. Nuestro propósito ha sido promover la comprensión matizada de que la sanidad animal no es un universo aislado y que las asociaciones, las intervenciones programáticas, la experiencia compartida, así como la comunicación y el apoyo público pueden contribuir a un planeta más seguro y sostenible.

A la vez que nuestros valores fundacionales nos recuerdan nuestros objetivos, la celebración de este centenario ofrece una oportunidad crucial para contemplar el futuro y reflexionar cómo las tendencias emergentes repercutirán en la sanidad y el bienestar de los animales. Por esta razón, y coincidiendo con su centenario, nuestra Organización ha comenzado un profundo ejercicio de prospectiva encaminado a empezar a enmarcar las respuestas para situaciones futuras en un mundo que avanza a un ritmo vertiginoso.

Nos sentimos orgullosos de nuestra historia y de nuestro dinamismo que nos sitúan como la autoridad mundial en el área de sanidad y bienestar animal. Animados por este centenario, estamos más decididos que nunca a afrontar los nuevos retos definiendo nuestro camino futuro con la experiencia colectiva y la convicción de nuestro personal y de toda nuestra red de socios.

Dra. Monique Eloit, Directora General de la OMSA.

A partir de la colaboración, la innovación y la inclusión estamos trabajando en retos interconectados. Al embarcarnos en un nuevo siglo, seguiremos evolucionando, adaptándonos y colaborando con nuestros Miembros, la comunidad científica y el personal veterinario. Nuestro objetivo es implicar aún más a los responsables políticos que desempeñan un papel en la construcción de la futura arquitectura de la sanidad y el bienestar animal mundial.

Desde la amenaza que suponen la influenza aviar y la resistencia a los antimicrobianos hasta las enfermedades zoonóticas y la sostenibilidad de la producción animal, son varios los retos que tenemos por delante. La colaboración intersectorial y el multilateralismo seguirán siendo el eje central de nuestra acción, reconociendo que los problemas mundiales con implicaciones en cascada no pueden ser resueltos por actores únicos.

Este centenario constituye una buena oportunidad para expresar nuestra inmensa gratitud a todos nuestros Miembros, sectores relevantes, socios, colaboradores y empleados por su inestimable apoyo. Esperamos continuar nuestro viaje hacia una sanidad animal más fuerte, mejor y más resistente, en beneficio de la salud de todos.

Acompáñenos en nuestro centenario y no se pierda nuestras actividades a lo largo del año para formar parte de nuestras celebraciones.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM) amenaza la sanidad de los animales, la salud de las personas, las plantas y del medio ambiente que todos compartimos. Con demasiada frecuencia, los antimicrobianos se utilizan de forma inadecuada o en exceso en distintos sectores, lo que crea condiciones aptas para el desarrollo de este fenómeno. Si bien la mayoría de los Miembros de la OMSA han tomado medidas radicales en los últimos años con el fin de reducir su uso en los animales, es necesario redoblar los esfuerzos, debido a que en algunos países estos productos médicos se siguen utilizando de forma incorrecta= como promotores de crecimiento.

Evaluar el uso de antimicrobianos como promotores de crecimiento

En 2016, todos los Miembros de la OMSA se comprometieron a prohibir definitivamente el uso de antimicrobianos de prioridad alta para las personas y a eliminar de forma gradual el uso de antimicrobianos en animales con fines de promoción del crecimiento en ausencia de un análisis del riesgo. Hasta la fecha, ¿cómo se ha puesto en práctica este compromiso?

  • Casi el 20 % de los Miembros continúa utilizando antimicrobianos para promover el crecimiento.
  • De este 20 %, se estima que el 76 % no ha realizado ningún análisis de riesgo previo.
  • Lo más preocupante es que no menos del 11 % de los Miembros sigue utilizando como promotores de crecimiento al menos uno de los antimicrobianos de importancia crítica para la medicina humana, como es el caso de la colistina.
  • Al menos el 50 % de los Miembros que utilizan antimicrobianos como promotores de crecimiento carece de un marco reglamentario.
  • En algunos países, el etiquetado de determinados aditivos para piensos destinados a aumentar la productividad no menciona la presencia de bajas dosis de antimicrobianos, que, sin saberlo, veterinarios y ganaderos administran a los animales.

Estas prácticas no se ajustan a las normas internacionales de la OMSA ni al Plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos.

Las autoridades competentes y la industria ganadera deberán asumir sus responsabilidades, con el fin de eliminar progresivamente el uso de antimicrobianos destinados a la promoción del crecimiento en animales.

Las normas de la OMSA hacen una clara distinción entre el uso médico-veterinario de los antimicrobianos –limitado al tratamiento, el control y la prevención de enfermedades infecciosas- y el uso no médico-veterinario. La administración a los animales de antimicrobianos destinados a la promoción del crecimiento se considera un uso no médico-veterinario y no se asimila al uso destinado a la prevención de enfermedades, en los que se ha demostrado un riesgo de enfermedad de no administrarse el medicamento.

La OMSA insta a sus Miembros a limitar el uso de antimicrobianos destinados exclusivamente al uso médico-veterinario y a entablar un diálogo activo con los sectores interesados, a fin de lograr la prohibición total del uso de antimicrobianos como promotores de crecimiento, empezando por aquellos que son de importancia crítica para la salud humana.

Las autoridades competentes deberán promulgar la legislación pertinente, y explorar y promover alternativas orientadas a mejorar la productividad animal, según corresponda. Las mismas pueden incluir programas de sanidad animal centrados en la prevención de enfermedades (por ejemplo, desparasitación y vacunación), la bioseguridad y las buenas prácticas ganaderas.

El uso inadecuado de los agentes antimicrobianos en los distintos sectores acelera la resistencia a los antimicrobianos. El sector de la sanidad animal deberá adoptar prácticas sostenibles y desempeñar una función preponderante a la hora de frenar este problema mundial que amenaza la sanidad animal y la salud de los seres humanos y de las plantas.


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Desde 2005, la influenza aviar ha supuesto un costo muy alto, con la pérdida de más de 500 millones de aves a causa de la enfermedad en todo el mundo [1]. Su devastador impacto se extiende más allá de la salud de las aves domésticas y silvestres, ya que constituye una amenaza para los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y la salud pública. El reciente cambio en la ecología y epidemiología de la enfermedad ha aumentado la preocupación mundial, al haberse propagado a nuevas regiones geográficas. Igualmente, ha causado una mortandad inusual de aves silvestres y un aumento alarmante de los casos en mamíferos. La rápida evolución de la influenza aviar y los cambios en sus patrones de propagación [2] exigen una revisión de las estrategias de prevención y control existentes. A efectos de contener eficazmente la enfermedad, proteger la sostenibilidad económica del sector avícola y reducir los posibles riesgos de pandemia, deben reconsiderarse todas las

La propagación actual de la influenza aviar constituye una inquietud mayor para la industria avícola, la salud pública y la biodiversidad. Dada la reciente evolución de su epidemiología y la creciente circulación de la influenza aviar de alta patogenicidad (IAAP) en animales silvestres, es posible que las medidas de bioseguridad más estrictas y el sacrificio masivo de aves de corral ya no sean suficientes para su control. Con la migración estacional de aves silvestres de norte a sur, los países han de estar preparados para un aumento de los brotes y considerar enfoques complementarios, como la vacunación, en consonancia con las normas internacionales vigentes en materia de sanidad y bienestar animal [3]. 

 Datos clave 

  • La epidemiología de la influenza aviar está evolucionando: la enfermedad está perdiendo gradualmente su carácter estacional y las cepas de alta patogenicidad circulan entre múltiples especies de aves silvestres. 
  • Esta circulación intensificada acrecienta la probabilidad de evolución del virus y el salto a nuevas especies, incluidos los mamíferos, lo que implica un riesgo para la salud humana. 
  • Deben tenerse en cuenta todas las herramientas científicas disponibles para el control de la enfermedad. En determinados contextos epidemiológicos, la vacunación puede ser un complemento eficaz de otras estrategias de control. 
  • La vacunación, correctamente aplicada, no representa un obstáculo para el comercio seguro. 
  • El uso más amplio de la vacunación estimula la innovación en términos de investigación, mejorando la calidad de las vacunas disponibles. 

Consideración de la vacunación como parte de las medidas de control de la influenza aviar 

Tradicionalmente, la IAAP ha sido motivo de preocupación principalmente en las aves domésticas, y su control se preveía a nivel de granja. Los patrones de transmisión actuales muestran que ahora circula en las poblaciones de aves silvestres, lo que impulsa su propagación no sólo entre diferentes explotaciones, sino también dentro de ellas. En la práctica, el aumento de la exposición ha dificultado proteger las granjas de la introducción de la enfermedad, a partir de la proximidad de granjas avícolas infectadas y de las aves silvestres. 

Se ha producido un aumento mundial de los brotes de IAAP [4] y un incremento de la diversidad genética de las cepas víricas circulantes. Por lo tanto, el uso exclusivo de medidas de control sanitario no constituye ya una solución duradera para contener eficazmente la enfermedad. Una de estas medidas es el sacrificio masivo sistemático de aves de corral, que provoca grandes pérdidas económicas, tiene un impacto duradero en los medios de subsistencia y plantea problemas sociales, de bienestar animal y medioambientales. Debido a su impacto negativo en la sostenibilidad de las prácticas de producción y en la imagen de la industria avícola ante los consumidores, su aceptabilidad debe ser objeto de escrutinio. 

Medidas como la vigilancia para la detección precoz y el seguimiento de los virus de la influenza aviar, las medidas sanitarias preventivas (bioseguridad) y las medidas de control (sacrificio selectivo, control de desplazamientos, cuarentena) siguen siendo el eje de cualquier estrategia de control de la enfermedad. 

Sin embargo, la vacunación de las aves de corral ya no puede excluirse de las alternativas disponibles y debe considerarse como una herramienta complementaria. Si se justifica científicamente, ofrece diversos beneficios: 

  • Prevención y control de los brotes en las poblaciones de aves domésticas vacunadas, con la consiguiente reducción de la circulación del virus dentro y entre las parvadas, y un menor riesgo de propagación a la fauna silvestre. 
  • Reducción de las pérdidas económicas, tanto directas (por ejemplo, aves muertas) como indirectas (por ejemplo, sacrificios masivos e interrupción del comercio). Cuando se aplica correctamente, la vacunación contra la influenza aviar es compatible con un comercio seguro, de conformidad con las normas internacionales de la OMSA. 
  • Menor riesgo de exposición humana a los virus de la influenza aviar y, por ende, de una posible pandemia [5], en consonancia con el enfoque «Una sola salud». 
  • Minimización del impacto medioambiental al reducir el riesgo de contagio a animales silvestres. 
  • Incentivos para una investigación innovadora con el fin de mantener la eficacia de las vacunas a lo largo del tiempo, gracias a la experiencia adquirida. De esta manera, se anima a los fabricantes a desarrollar y a mejorar el acceso a vacunas eficaces y actualizadas. 

En determinados contextos socioeconómicos, la vacunación contra la influenza aviar puede contribuir a la sostenibilidad general de la industria avícola y a la conservación de los sistemas de producción al aire libre. Aunque tales sistemas no sean óptimos en términos de bioseguridad, a menudo son un patrimonio cultural. La vacunación también ayuda a mantener la salud de las aves domésticas y silvestres, garantizando un suministro estable de productos avícolas para los consumidores y preservando la biodiversidad. Además, los programas de vacunación con protocolos preestablecidos basados en el riesgo mejoran la preparación de un país ante un brote, tanto en la rapidez de la respuesta como en materia de anticipación ante la intensificación del riesgo.

Responsabilidades de los países que optan por la vacunación de las aves de corral 

La vacunación contra la influenza aviar debe considerarse parte de una estrategia más amplia de prevención y control de la enfermedad que incluya otras disposiciones, como medidas de bioseguridad, vigilancia de la enfermedad para su detección precoz, respuesta rápida ante brotes y una estrategia de salida bien planificada. La vacunación puede ser una medida temporal dirigida a un mejor control de la situación de la enfermedad. Las autoridades veterinarias nacionales [6] son las encargadas de tomar la decisión de optar por la vacunación basándose en una evaluación del riesgo, que depende de varios factores y conlleva diversas responsabilidades, entre las que cabe citar: 

  • La disponibilidad de vacunas registradas fiables y de alta calidad que cumplan las normas internacionales de la OSMA [7] y sigan siendo eficaces contra las cepas circulantes. Se deberá revisar contantemente la composición de las vacunas con miras a responder a las circunstancias y a la epidemiología cambiantes. 
  • Una capacidad de vigilancia suficiente para demostrar que la vacunación no interfiere con el seguimiento del virus y la detección precoz de brotes en poblaciones de aves vacunadas y no vacunadas. Los sistemas de vigilancia sólidos son esenciales para controlar la posible presencia de virus de la influenza aviar en aves domésticas y silvestres, así como en mamíferos. De este modo, se determinan las cepas en circulación y se garantiza el cumplimiento de los objetivos de inmunización y la aplicación de las medidas de control adecuadas. Sin embargo, crear y mantener esta capacidad exige muchos recursos y no es posible en todos los países. 
  • El compromiso de los productores avícolas de adherirse a la estrategia de control de la enfermedad en vigor. 
  • La colecta de datos provenientes de productores y veterinarios sobre la duración de la protección proporcionada por la vacunación y el tiempo de eliminación del virus tras la vacunación si se utilizan vacunas vivas. Estos datos ayudarán a definir mejor las estrategias de vacunación. 
  • La capacidad para garantizar la trazabilidad de todo el proceso, desde la producción de la vacuna hasta la administración en la explotación y el seguimiento post-vacunación, incluida la trazabilidad de los animales vacunados y de sus productos. 

La selección de las vacunas, los protocolos de vacunación y el seguimiento son componentes esenciales en el éxito de un programa de vacunación. El nivel de inmunidad de la parvada necesario para prevenir la transmisión depende de varios factores. En función de la epidemiología de la enfermedad, las autoridades veterinarias -en consulta con el sector avícola- pueden decidir vacunar sólo a determinadas especies en una selección de sistemas de producción [8]

Compatibilidad de la vacunación con el comercio seguro de aves de corral y de productos avícolas 

Hasta la fecha, a pesar de la crisis mundial, la vacunación sólo se ha utilizado en un número limitado de países como medida preventiva, de emergencia o sistemática para proteger de la IAAP a las aves de corral u otras poblaciones de aves cautivas. La preocupación por las restricciones al comercio internacional obstaculiza su uso, aunque la inclusión de la vacunación como herramienta de control ha sido respaldada por las normas internacionales adoptadas por la Asamblea Mundial de Delegados nacionales de la OMSA. 

Las restricciones comerciales injustificadas para las aves de corral y los productos avícolas procedentes de parvadas vacunadas tienen un enorme impacto en un sector que contribuye significativamente a la seguridad alimentaria y a la economía mundiales. De hecho, las exportaciones de carne de aves de corral representan el 11% de la producción total, mientras que las exportaciones de huevos suponen el 3% de la producción [9]. Las importaciones de reservas genéticas comerciales de aves de corral también son esenciales para apoyar los sistemas de producción de carne y huevos de todos los países Además, la carne y los huevos de aves de corral son una fuente de alimentos proteínicos de bajo costo, alta calidad y bajo contenido graso, que proporcionan 

redistribución de productos básicos y beneficios económicos y apoyan los medios de subsistencia de los pequeños agricultores. Es vital mantener su comercio internacional y velar al mismo tiempo por la seguridad de estos intercambios. Esto puede garantizarse de dos maneras: 

  • Los países que vacunan tendrán que proporcionar una certificación adecuada a sus socios comerciales con el fin de garantizar que sus medidas se ajustan a las normas internacionales de la OMSA que se fundamentan en principios científicos. Igualmente, deberán demostrar que han implementado sus planes para llevar a cabo la vigilancia necesaria de las cepas circulantes una vez implantada la vacunación, así como su capacidad para demonstrar la ausencia de circulación del virus. 
  • Los países importadores deberán tomar decisiones basadas en el riesgo y aplicar medidas con base científica que permitan un comercio seguro al tiempo que evitan la propagación de la influenza aviar, lo que resulta fundamental para evitar el cierre de las fronteras comerciales y las consiguientes consecuencias económicas para la industria avícola, los productores y los consumidores. 

En acuerdo con las normas internacionales de la OMSA, el uso de la vacunación no afecta al estatus de un país o zona libre de IAAP si la vigilancia apoya la ausencia de infección. El comercio de aves de corral y productos avícolas puede realizarse de forma segura junto con la vacunación. 

81% de los Miembros de la OMSA (107/133 respuestas) no recurrieron a ningún tipo de vacunación contra la influenza aviar en los pasados cinco años [10], mientras que 112 países y territorios notificaron la presencia de la enfermedad durante el mismo periodo [1].

Recomendaciones 

El uso de la vacunación en aves de corral contra la IAAP sigue siendo decisión de cada autoridad veterinaria nacional en consulta con los productores avícolas. Deberá adaptarse al contexto epidemiológico y socioeconómico específico, y a las necesidades y capacidades de cada país o región. 

La flexibilidad y la adaptabilidad son esenciales a la hora de encarar eficazmente la naturaleza dinámica de la enfermedad y la amenaza potencial para las poblaciones de aves domésticas y silvestres, así como para la salud pública. A continuación, se exponen algunas consideraciones clave en el campo de políticas nacionales. 

Toma de decisiones 

Según se describe en las normas de la OMSA [6], la decisión de vacunar a las aves de corral debe: 

  • formar parte de una estrategia más amplia de control de la influenza aviar con un plan de salida para finalizar la vacunación; 
  • ir acompañada de un sólido sistema de seguimiento y vigilancia de las poblaciones de aves domésticas y silvestres para orientar la selección de las cepas vacunales apropiadas
  • basarse en la disponibilidad de recursos financieros, técnicos y humanos suficientes para la vigilancia de la enfermedad y el mantenimiento de campañas de vacunación eficaces; 
  • combinarse con la aplicación de las reglamentaciones pertinentes, incluida la concesión de licencias, el control de calidad y las normas de seguridad de las vacunas. 

Seguimiento y evaluación 

El mantenimiento de las vacunaciones deberá basarse en la evaluación periódica de los programas de vacunación con miras a reunir pruebas sobre su eficacia y ajustarlos según sea necesario, a partir de los datos de vigilancia y de los avances científicos. 

Cooperación internacional, incluido el comercio 

La aplicación de programas de vacunación contra la influenza aviar requiere un cuidadoso equilibrio entre el control de la enfermedad y el mantenimiento de un comercio internacional seguro. Antes de proceder a los intercambios, los socios comerciales deberán: 

  • establecer mecanismos que garanticen la cooperación y la comunicación transparente entre las partes interesadas, incluidos los ministerios, las autoridades veterinarias y los productores; 
  • entablar discusiones bilaterales encaminadas a acordar los requisitos de certificación y los 
  • protocolos comerciales, y tratar las preocupaciones comerciales, de modo que pueda garantizarse el reconocimiento mutuo en tiempos de paz

El diálogo multilateral y la adhesión a las normas de la OMSA son fundamentales para garantizar que si un país decide introducir la vacunación contra la influenza aviar lo hará de forma adecuada, sin riesgos sanitarios y sin que constituya una barrera innecesaria para un comercio seguro. Es fundamental proseguir los esfuerzos orientados a mantener abiertas las líneas de comunicación, minimizando así las interrupciones del comercio y protegiendo al mismo tiempo la salud y el bienestar de los animales, así como la salud humana y medioambiental. 


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París (Francia), 7 de septiembre de 2023 – En todo el mundo, el uso de antimicrobianos en los animales ha disminuido en un 13 % en tres años1, situación que refleja una vez más los continuos esfuerzos orientados a preservar la eficacia de estos medicamentos críticos.

Los medicamentos antimicrobianos, como los antibióticos, fueron determinantes para mejorar las condiciones de vida de las personas y los animales. Antes de que Alexander Fleming descubriera la penicilina en 1928, una infección causada por pequeños cortes podía provocar infecciones del torrente sanguíneo o la muerte. No obstante, en la actualidad, estos medicamentos que pueden salvar vidas están perdiendo su eficacia debido a un uso indebido y excesivo en diferentes sectores. Este fenómeno, conocido como «resistencia a los antimicrobianos» (RAM), puede originarse en poblaciones animales, humanas o vegetales y suponer, a la vez, una amenaza para todas las demás especies.

En este contexto, es fundamental conocer cuáles son los antimicrobianos que se utilizan y cómo y cuándo se aplican para así identificar patrones y tendencias. En última instancia, se busca facilitar la toma de decisiones y respaldar la implementación de medidas orientadas a garantizar un uso óptimo y sostenible de estos medicamentos esenciales.

Desde 2015, como autoridad mundial en materia de sanidad animal, la OMSA ha reunido información sobre la utilización de antimicrobianos destinados a los animales. Cada año, la Organización publica un informe cuya meta es facilitar el acceso a esta información, crucial y en constante evolución, que ha puesto de relieve los esfuerzos permanentes realizados en el sector de la sanidad animal en todo el mundo. Por ejemplo, en el último informe publicado recientemente, se demuestra un descenso en el uso de antimicrobianos considerados de importancia crítica para la salud humana.

Menos del 20 % de los antimicrobianos utilizados en animales en 2019 eran de alta prioridad e importancia crítica para la salud humana2. Los esfuerzos colectivos realizados en favor de un uso responsable en todos los sectores revisten suma importancia teniendo en cuenta que estos medicamentos son la única terapia o una de las pocas alternativas que permiten tratar enfermedades humanas potencialmente mortales. Es importante destacar que, en el mismo año, se calcula que 4 millones de muertes humanas estuvieron relacionadas con la resistencia a los antimicrobianos3

Dr. Javier Yugueros-Marcos,
Jefe del Departamento de Resistencia a los Antimicrobianos y Productos Veterinarios de la OMSA.

Con la voluntad de seguir progresando en la lucha contra esta amenaza para la salud mundial, la OMSA concluyó el proceso de digitalización total de su base de datos mundial en una plataforma en línea: ANIMUSE. Se trata de un nuevo sistema que facilita el acceso abierto a los datos mundiales y regionales de forma interactiva, al tiempo que posibilita la elaboración de informes, la verificación de errores y proporciona herramientas de visualización de datos para los Miembros que proporcionan la información. 

Una de las principales ventajas de ANIMUSE es su flexibilidad. Los países, en cualquier nivel de su programa de vigilancia, pueden enviar información a través de la plataforma. Incluso si los conocimientos de un país sobre las cantidades de antimicrobianos utilizados en los animales son limitados, el hecho de unirse a la plataforma fomenta el debate y conduce a mejoras con el paso del tiempo.

Dra. Carolee Carlson
veterinaria y epidemióloga de la Agencia de Salud Pública de Canadá

En un mundo en el que el desarrollo de un nuevo antibiótico implica más de una década de esfuerzos y una inversión de mil millones de dólares, es responsabilidad de todos garantizar que nuestro actual arsenal de antibióticos continue siendo eficaz para las próximas generaciones. La comunidad sanitaria mundial debe seguir defendiendo esta causa con el fin de proteger la salud del mañana. 


1. De acuerdo con los datos sobre las clases de antimicrobianos notificadas para el uso en animales por 110 países participantes en 2019.
2. De acuerdo con los datos sobre las clases de antimicrobianos notificadas para el uso en animales por 110 países participantes en 2019. 
3. Murray CJL et al. The Lancet 2022, Vol. 399, Issue 10325. doi:10.1016/S0140-6736(21)02724-0. 


Acerca de la OMSA  

La OMSA trabaja más allá de las  fronteras promoviendo el enfoque «Una salud» en el ámbito de la salud mundial. Reconocemos que la sanidad de los animales y del medio ambiente dependen en gran medida de las actividades humanas. Su sanidad determina la nuestra, la salud de todos. 

Más de 500 millones de aves han muerto desde 2005 a causa de la influenza aviar, una enfermedad mortal para las aves con consecuencias devastadoras para la sanidad de las aves domésticas y silvestres, así como para la biodiversidad y los medios de subsistencia. El reciente cambio de paradigma en la ecología y epidemiología de la influenza aviar ha generado una gran preocupación mundial debido a la importante propagación de la enfermedad en nuevas regiones geográficas, una mortalidad inusual en aves silvestres y un número cada vez mayor de casos en los mamíferos. Frente a la rápida evolución de la enfermedad y los cambios en sus patrones de propagación, líderes y expertos mundiales analizaron las actuales herramientas de prevención y control de la influenza aviar, incluido el uso de vacunas.

Vacunar no es el fin, es el principio. La vacunación debe gestionarse a lo largo de toda la cadena de suministro, incluido un programa de vigilancia capaz de detectar la infección activa en los animales vacunados.

Dr. David Swayne, experto en enfermedades y ponente del Foro

El Foro de Sanidad Animal,  celebrado durante la 90.ª Sesión General de la OMSA, reunió a las principales partes interesadas y a todos los Miembros de la Organización con la intención de debatir en torno a posibles soluciones destinadas a reducir el impacto de la influenza aviar en todos los sectores. En base al tema técnico presentado este año, «Desafíos estratégicos para el control mundial de la influenza aviar de alta patogenicidad», los participantes examinaron las consecuencias de la enfermedad, la pertinencia de las actuales herramientas de prevención y control, el impacto en el comercio internacional y la necesidad de una mejor coordinación mundial.  Al finalizar el Foro, la OMSA publicó un informe exhaustivo en el que se recogen los correspondientes debates y conclusiones.

La vacunación fue el centro del debate, puesto que los países que antes confiaban en los métodos convencionales para controlar la influenza aviar, en la actualidad, se enfrentan a inmensos desafíos que los llevan a buscar medidas adicionales. Junto a la bioseguridad, el control de movimiento de los animales y el sacrificio sanitario, la Asamblea General de la OMSA debatió el uso de la vacunación como herramienta complementaria y discutió en detalle los retos que representa su aplicación. Se reconoció que una estrategia de vacunación eficaz debía basarse en vacunas autorizadas que correspondieran exactamente a las cepas virales en circulación. Además, la vacunación debe estar acompañada por un sólido sistema de vigilancia, con capacidad de demostrar la ausencia de infección en la población de animales domésticos, tal como lo recomienda el Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OMSA. Los países podrán desarrollar sus propias estrategias nacionales eficaces y adaptadas al contexto local si toman en consideración todas las medidas de control existentes basadas en la ciencia y si las utilizan de conformidad con las recomendaciones internacionales.

Los Miembros de la OMSA adoptaron una Resolución que servirá de base para configurar las futuras actividades de lucha contra la influenza aviar y proteger la fauna silvestre, sin dejar de brindar asistencia a la industria avícola y garantizar la continuidad de las actividades comerciales. En particular, esta resolución destaca la importancia de que los Miembros respeten e implementen las normas internacionales de la OMSA, con miras a combatir eficazmente la influenza aviar. El recurso a una vacunación sin consecuencias comerciales negativas, de acuerdo con las normas de la OMSA, requiere la existencia de sólidos sistemas de seguimiento y vigilancia, tanto de la vacunación como de la enfermedad.

Si bien no existe una solución única, estoy convencida de que, mediante una estrecha colaboración y el cumplimiento de nuestras normas, podremos optimizar las actuales medidas de control contra la influenza aviar, incluida la vacunación. Aplaudo los resultados del Foro y la adopción de la Resolución por parte de los Miembros. Se trata de una prueba de nuestro compromiso común para controlar eficazmente esta enfermedad a todos los niveles.

Dra. Monique Eloit, directora general de la OMSA

La OMSA reafirma su compromiso de liderar la crisis mundial de la influenza aviar. A través de nuestra labor normativa, nuestros esfuerzos de convocatoria y el apoyo a nuestros Miembros, tenemos la firme voluntad de proteger la sanidad animal y la salud de los seres humanos, resguardar la biodiversidad y preservar los medios de subsistencia de los afectados en todo el mundo.

La resistencia a los antimicrobianos (RAM) representa una gran amenaza mundial para las personas, los animales, las plantas, la alimentación y el medio ambiente. En 2019, se estimó que alrededor de cinco millones de muertes estaban asociadas a la RAM, incluidas 1,27 millones de muertes directamente atribuibles a la misma[1]. Luchar contra la RAM requiere un enfoque holístico y multisectorial denominado «Una salud».

En 2015, los países adoptaron un plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos. Su primer objetivo es mejorar la concienciación y la comprensión de la RAM a través de una comunicación, educación y formación eficaces. Organizar una campaña mundial de sensibilización se identificó como una de las actividades necesarias para alcanzar este objetivo. Por eso, se creó una campaña anual orientada a fomentar la sensibilización sobre la RAM que, a la vez, sirva de ejemplo de colaboración en el marco del concepto «Una salud». Esta campaña se denominó “Semana mundial de concienciación sobre el uso de los antimicrobianos” (WAAW).

Hoy, las organizaciones cuadripartitas -la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA)- se complacen en anunciar el cambio de nombre de la WAAW por el de “Semana mundial de concienciación sobre la RAM”.

La Cuadripartita organizó dos reuniones de consulta mundial con el objetivo de debatir la relevancia de este cambio. Los distintos sectores y partes interesadas de todo el mundo lo apoyaron, ya que la sigla “RAM” incluye el término «resistencia», que representa con claridad el desafío al que nos enfrentamos. El acrónimo seguirá siendo «WAAW», mientras que la expansión de esta abreviatura será «Semana Mundial de Concienciación sobre la RAM».

Tema de la WAAW 2023: “Prevengamos juntos la resistencia a los antimicrobianos”

Al igual que en 2022, el tema de la WAAW 2023 seguirá siendo «Prevengamos juntos la resistencia a los antimicrobianos«. Este tema se confirmó luego de una amplia encuesta en línea de la que participaron las partes interesadas de los sectores de la sanidad animal, la salud pública, las plantas y el medio ambiente para juntar opiniones sobre el tema de la campaña.

La RAM es una amenaza para las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente. Nos afecta a todos. Es por eso que el tema de este año llama a la colaboración intersectorial para preservar la eficacia de estos importantes productos. La lucha contra la RAM traduce un verdadero esfuerzo mundial y debe abordarse desde el enfoque «Una salud». 

La WAAW se celebra del 18 al 24 de noviembre de cada año.


[1]   Antimicrobial Resistance Collaborators. Global burden of bacterial antimicrobial resistance in 2019: a systematic analysis. Lancet. 2022 Feb 12;399(10325):629-655.

Se trata de un acuerdo que establece el estatus diplomático de la Oficina Subregional con sede en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), la decimotercera representación local de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA).

El pasado 12 de junio de 2023, la OMSA y el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de los Emiratos Árabes Unidos (MOFAIC por sus siglas en inglés) firmaron un acuerdo diplomático que otorga de forma oficial a la oficina de Abu Dabi los privilegios, la inmunidad y las contribuciones financieras y en especie que se necesitan para su funcionamiento.

«Este acuerdo supone una nueva etapa, resultado de varios años de estrecha cooperación con el Ministerio de Cambio Climático y Medio Ambiente (MOCCAE) de los EAU y de la labor realizada con el respaldo de la Agencia de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Abu Dabi (ADAFSA). Espero que esta colaboración entre la OMSA y los EAU siga su curso y, además, que se refuerce la red de sanidad animal en la región del Golfo», declaró la Dra. Monique Eloit, directora general de la OMSA, tras la firma del acuerdo con el Sultán Mohamed Alshamsi, viceministro de Desarrollo y Asuntos de Organizaciones Internacionales del MOFAIC.


Actualmente a cargo del Dr. Mohamed Alhosani, esta oficina se inauguró en noviembre de 2019 y reúne a Yemen y a los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Bahréin, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar). Su funcionamiento está estrechamente ligado a la Representación Regional de la OMSA para Oriente Medio, situada en la ciudad de Beirut (Líbano).

Ya está en marcha la implementación del programa de trabajo de la oficina de Abu Dabi, cuyo objetivo es acompañar y respaldar la acción de los Servicios Veterinarios de la subregión y responder con mayor eficacia a los desafíos que supone el control de las enfermedades transfronterizas de los animales, incluidas las zoonosis, y el bienestar animal. Esto es esencial al tener en cuenta el contexto comercial y la situación específica de los países del Golfo, ubicados en pleno cruce de las rutas comerciales de África, Asia y Europa.

Los Miembros de la OMSA pueden solicitar el reconocimiento oficial del estatus sanitario para seis enfermedades prioritarias de forma voluntaria. Dicho reconocimiento es clave para apoyar las economías ganaderas nacionales, ya que desempeña un papel importante a la hora de facilitar el comercio regional e internacional de animales y sus productos. 

Varios Miembros obtuvieron el reconocimiento oficial de su estatus sanitario para todo su territorio o zonas específicas en 2022:   

  • Colombia fue declarada libre de perineumonía contagiosa bovina (PCB);   
  • Una zona de Colombia y otra de Rusia fueron declaradas libres de fiebre aftosa con vacunación;    
  • Una zona de Bolivia fue declarada libre de fiebre aftosa sin vacunación. En el caso de Bolivia, todo el territorio está libre de fiebre aftosa y este reconocimiento es una extensión de las zonas donde ya no se practica la vacunación.  

Estos son logros importantes en la lucha contra enfermedades altamente contagiosas que causan altas tasas de morbilidad en el ganado y pérdidas económicas significativas. Este reconocimiento es un logro significativo de los Miembros en sus esfuerzos de control de enfermedades y un instrumento para ayudar a los Servicios Veterinarios a obtener un mayor acceso a los mercados regionales e internacionales para el comercio.  

Los Miembros también pueden presentar sus programas oficiales de control de cuatro enfermedades para su evaluación. Este año, Zambia recibió la aprobación de su programa oficial de control de la rabia transmitida por perros. Se trata de un paso importante en la lucha contra esta enfermedad, que sigue matando a casi 59.000 personas cada año. El objetivo final será acabar con la enfermedad en el país y auto declararse libre de ella, contribuyendo así al objetivo mundial «Cero en el 30» de eliminar las muertes humanas por rabia transmitida por perros para 2030.  

Cada año, las solicitudes de reconocimiento oficial de estatus sanitarios y de programas de control se revisan mediante un proceso muy detallado, que evalúa las medidas sanitarias vigentes y el cumplimiento de los Miembros con las normas internacionales de la OMSA. Dicho reconocimiento refleja el nivel de transparencia y la calidad de los Servicios Veterinarios nacionales, contribuyendo en última instancia al valor del sector ganadero de los países.