Enfermedad listada

Carbunco bacteridiano

El ántrax es una enfermedad causada por la bacteria Bacillus anthracis formadora de esporas. Las esporas de ántrax en el suelo son muy resistentes y pueden causar enfermedades cuando se ingieren incluso años después de un brote. Las esporas son llevadas a la superficie por el clima húmedo o por labranza profunda, y cuando son ingeridas por los rumiantes, la enfermedad reaparece. El ántrax se presenta en todos los continentes y comúnmente causa una alta mortalidad, principalmente en herbívoros domésticos y salvajes, así como en la mayoría de los mamíferos y varias especies de aves. El carbunco es una enfermedad incluida en la lista de la OMSA y debe notificarse a la OMSA como se indica en su Código Sanitario para los Animales Terrestres. En los seres humanos, el ántrax se manifiesta en tres patrones distintos (cutáneo, gastrointestinal e inhalatorio). La más común es una infección de la piel, en la que las personas se infectan al manipular animales o productos de origen animal que contienen esporas. Esto puede sucederle a veterinarios, trabajadores agrícolas, ganaderos o carniceros que se ocupan de animales enfermos, o cuando la infección se ha propagado por la lana o las pieles. El ántrax es una enfermedad prevenible mediante vacunas y puede tratarse con antibióticos; sin embargo, se necesitan procedimientos de control específicos sobre la eliminación de cadáveres para contener la enfermedad y prevenir su propagación.

¿Qué es el carbunco bacteridiano o ántrax?

El ántrax o carbunco bacteridiano es una enfermedad causada por la bacteria esporulada Bacillus anthracis. El nombre de la bacteria deriva del término griego para el carbón, debido a las úlceras con centros oscuros que se desarrollan en la piel de las personas afectadas. El carbunco está presente en todos los continentes, con alta mortalidad en los rumiantes, y es una zoonosis (enfermedad que afecta principalmente a los animales pero es transmisible al hombre). La bacteria produce toxinas sumamente potentes que son responsables de los efectos debilitantes y causan una alta tasa de mortalidad. Aunque la mayor parte de mamíferos son sensibles, es una enfermedad típica de los rumiantes y del hombre.


Transmisión y propagación

El carbunco bacteridiano no se transmite por lo general entre animales ni entre personas. En contacto con el oxígeno, la bacteria produce unas esporas sumamente resistentes que sobreviven durante años en el suelo o en la lana o el pelo de los animales infectados. Las esporas pueden penetrar en el cuerpo de un animal por ingestión o inhalación o a través de heridas en la piel, allí germinan y causan la enfermedad. Como la sangre de los animales infectados no siempre se coagula correctamente, el animal puede sangrar a través de los orificios corporales, y los insectos transmitirán la bacteria a otros animales. Los carnívoros y el ser humano pueden adquirir la infección si consumen la carne de un animal infectado. Sin embargo, la infección de los animales se produce en general por la ingestión de esporas que se encontraban en el suelo o en los piensos.


Riesgo para la salud pública

En los humanos, el carbunco se manifiesta de tres maneras distintas. La más común es una infección de la piel que se produce por la manipulación de animales o productos animales que contienen esporas. Puede ocurrir con los productores pecuarios o los carniceros que están en contacto con animales enfermos, o cuando la infección se transmite por medio de la lana o el cuero. Las esporas penetran en el cuerpo a través de los cortes o rasguños en la piel y causan una infección local que, si no se controla, puede propagarse a todo el cuerpo. La forma digestiva surge cuando se ingieren las esporas. Es trágico observar que la gente que pierde sus animales también pueda perder la vida si intenta salvar algo y consume la carne de un animal muerto. La forma potencialmente más mortal es por inhalación. Se llama también “enfermedad de los esquiladores”, ya que las esporas del cuero o el pelo pueden inhalarse. Es raro inhalar el carbunco en la naturaleza; sin embargo, se han desarrollado esporas del carbunco y se han utilizado como arma biológica. Queda claro que para proteger la salud pública, es indispensable prevenir la enfermedad en los animales.


Signos clínicos

Es frecuente encontrar rumiantes muertos sin que se hayan presentado ningún signo de enfermedad. En esta forma aguda de la enfermedad puede haber fiebre alta, temblores musculares y dificultad para respirar justo antes del colapso y muerte del animal. La sangre sin coagular puede exudar por los orificios corporales y no siempre se observa la rigidez post mortem.

Los caballos, o en ocasiones los rumiantes, pueden presentar trastornos digestivos, cólico, fiebre, depresión y a veces hinchazón. Estos síntomas pueden durar cuatro días hasta conducir a la muerte.

Los carnívoros que se alimenten en una fuente infectada pueden presentar una forma intestinal de la enfermedad con fiebre y calambres, pero a veces se recuperan.


Diagnóstico

El carbunco bacteridiano se diagnostica con un examen de sangre (o de otros tejidos) para detectar la presencia de la bacteria. Para tomar muestras se procederá con mucho cuidado a fi n de evitar la contaminación del medio y de prevenir la exposición del hombre a la bacteria. Las muestras de sangre de cadáveres relativamente frescos contienen un gran número de B. anthracis, observables al microscopio, que se pueden cultivar y aislar en el laboratorio, o pueden detectarse mediante tests rápidos, por ejemplo la reacción de la polimerasa en cadena (PCR). En el Manual de las Pruebas de Diagnóstico y de las Vacunas para los Animales Terrestres de la OMSA se describen los procedimientos de laboratorio para la detección del carbunco y la metodología aceptada para la producción de vacunas.


Prevención y control

El carbunco bacteridiano es una enfermedad que fi gura en la lista del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) y es de declaración obligatoria a la OMSA (Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OMSA).

Además de la terapia con antibióticos y la inmunización, es necesario aplicar procedimientos específicos de control para contener la enfermedad y prevenir su propagación. En particular:

  • es esencial eliminar de modo adecuado los animales muertos;
  • el cadáver no debe ser abierto, ya que la exposición al oxígeno permitirá que se formen las esporas,
  • los locales se pondrán en cuarentena hasta que se haya vacunado a todos los animales sensibles y se hayan eliminado todos los cadáveres, de preferencia por incineración o por entierro a profundidad con cal viva.
  • la limpieza y la desinfección son tan importantes como el control de insectos y roedores.

La vacunación en las áreas endémicas es muy importante. De hecho, Louis Pasteur demostró por primera vez en 1881, la vacunación eficaz contra el carbunco. La OMSA explica los requisitos para la fabricación y control de calidad de las vacunas animales en el Manual de las Pruebas de Diagnóstico y de las Vacunas para los Animales Terrestres. Aunque la vacunación previene los focos, los servicios veterinarios no siempre practican la vacunación si la enfermedad no ha aparecido en varios años. Pero como las esporas sobreviven durante periodos muy largos, el riesgo siempre está presente.

Aunque la terapia con antibiótico sea bastante eficaz contra el carbunco bacteridiano, el curso clínico suele ser tan rápido que a veces no es posible tratar a los animales afectados. La detección oportuna de los focos, la puesta en cuarentena de los locales afectados, la destrucción de los animales enfermos y fómites, y la implementación de procedimientos sanitarios adecuados en los mataderos y fábricas de productos lácteos garantizarán la inocuidad de los productos de origen animal destinados al consumo del hombre.


Distribución geográfica

El carbunco se encuentra en todo el mundo, en todos los continentes, excepto la Antártida. Existen áreas endémicas con brotes más frecuentes y otras áreas sujetas a brotes esporádicos en respuesta a cambios climáticos, que pueden traer a la superficie las esporas que dormitaban en el suelo, estas son ingeridas por los rumiantes, germinan y causan la enfermedad.


Referencias